En las esferas donde eksiste lus y tinieblas, la ciencia es puesta en manos de la bestia pero esto no quiere decir, que el pueblo de Dios no pueda utilizarla y si no la utiliza es porque no quiere.

Hoy los mensajes elctronikos, el email ha desplazado a la carta, a la epistola y vendita sea esta fasilidad, esta komodidad, este adelanto sientifiko empero debido a su sencillez, fasilidad y rapidez se ha tomado  a la ligera.

Ahora la komunikasel entre los amigos no es tan kalurosa se ha tornado fría y mecánica cual cita medica por la E.P.S en la que el medico no atiende gentes, seres humagdus sino números muertos que le representan unos ingresos monetarios, poco importa si se kura o se muere el cliente pues ya ni siquiera es su paciente, solo es uno más de una larga lista; asi son las cartas electrónicas sin texto, sin motivo, solo resalta una larga lista de contactos y a las claras  se observa ke simplemente le dio “click” en reenviar  a todos los contactos, muy bueno y muy propicio pada intercanviar informasel  pero no pada avivar la llama de la konfraternidad; igual ke en las fuentes las cuales  la queja general es ¡se están quedando solas! Talvez se ha olvidado ke vamos a las fuentes no ha intercanviar datos o a resivir una informasel más sino ha kompartir kon mis hermagdus de senda i a sentir su kalor humagdu i a ofrecerles el mio.

Según estudios serios el 68% de los clientes se pierden por una  actitud de  indiferencia de otros.

Kundo la carta era a magdu y dirigida a un amigo o a un amor era interesante ver komo se elegía el tipo de papel y su kolor, la kaligrafia, las palavras ke se utilizaban es desir todo se pudiese kalifikar de muy personal, se podía sentir la presencia de el eskritor de la karta al leerla, su kalor humagdu.

Al leer los libros del V.M Samael Aum Weor podemos sentir su presencia, al igual  ke kuando leemos eskritos o doktrinas de el V.M Samael  Joab Wator Weor y/o del V.M Jah Kelium Zeus Induseus, en ellas hay un toke personal el kual se ha perdido kon los emails en gran proporción porque aunque se tienen más recursos, se posee menos disposisel o menos tiempo pada fijarnos en detalles.

Ya la carta no lleva dedicatoria, no lleva el mensaje personal pada ese amigo y no pada el otro porque pada el otro lleva un mensaje, una frase diferente. La modalidad antigua de la carta nos obligaba a ser creativos y kada esfuerzo por ser kreativos nos hace más kreadores.

La llegada de una carta de lejanas tierras era  todo un akontesisierto familiar, motivo de kongregasel a la lektura de la misma y el afektuoso rekuerdo del familiar kerido o del amigo entrañable.

Kuando el apostol Pablo eskrivió las epístolas o kuando Pedro  eskrivio las propias de él, o Juán o alguno de los apostoles; no fueron apresurados al hacerlo, dejaron fluir su Horev, su Weor kien sello pada siempre su huella de fuego en la palabra eskrita porke kada Dragón hace porsel de Weor i kada palabra ke se eskrive o se diga es una oportuvidad pada ke el fuego etervio del Dragón se eleve o por su mal uso se extinga; y asi han perdurado pada siempre komo mensajes ke guian humanidades en su aserkasierto a Dios, komo son tanvien los discurso y las epístolas de Simón Bolivar el libertador, inspirasel de mushos kon su pluma de oro.

Es tan importante la palabra y la komunikasel ke eksisten tribus indígenas en las ke a algún miembro de la misma como castigo por determinado delito se le sentencia a la indiferencia por parte de los demás miembros de la tribu; no le hablan, no le oyen, lo ignoran completamente a tal punto que el reo termina suicidándose.

Es tan importante la palabra y la komunikasel ke hoy estamos siendo dirigidos por seres de los ke solo konosemos sus mensajes los kuales llevan el sello del fuego del vervo de oro de Dios, es tan importante el kómo tanto o más ke el porké, ke la neurolinguitika le da gran preponderansia, es tan importante la palabra y la komunikasel ke les dejo aki una hermosa refleksel:

El malentendido

“La discusión se había dado en horas de la mañana. Para la hora del almuerzo, se comió en silencio. El televisor llenó un poco el vacío, sin solucionar el problema. El mate de la tarde los vio reunirse dentro del mismo clima. Y llegada la cena, continuaba aún el mutismo por parte de la abuela.





Dos abuelos. Cuarenta años de convivencia fecunda y fiel. Se conocían lo suficiente, como para darse todavía la sorpresa de un malentendido.

Era justo lo que había sucedido esa mañana. El abuelo era un hombre jovial y bastante espontáneo. Impetuoso en sus reacciones, solía irse de boca cuando decía sus verdades. La abuela, en cambio, era más paciente, pero también de reacciones más lentas. Por eso, aquel cruce de palabras que la habían ofendido, la llevó a su respuesta habitual: el mutismo.

El recurso del silencio suele ser frecuente en personas que están obligadas a una convivencia muy cercana. Sobre todo cuando no existe la posibilidad de escapar a través del grupo. Y estos dos abuelos, pasaban gran parte de la semana solos. Porque sus tres hijos casados no vivían en el mismo pueblo. Y los encuentros solían darse sólo los fines de semana.

Y esto sucedía un día miércoles. La discusión se había dado en horas de la mañana. Para la hora del almuerzo, se comió en silencio. El televisor llenó un poco el vacío, sin solucionar el problema. El mate de la tarde los vio reunirse dentro del mismo clima. Y llegada la cena, continuaba aún el mutismo por parte de la abuela.

Al abuelo ya se le había pasado totalmente el mal rato, y quería que le sucediera lo mismo a su compañera. Pero, evidentemente, ésta era de reacciones más lentas. Por tanto había que encontrar una manera de hacerla hablar, sin que ello significara capitulación por ninguna de las dos partes.

Porque el asunto que los había distanciado era una intrascendencia, y no valía la pena volver sobre ello.

Cuando ya se iban a acostar, al abuelo se le ocurrió una idea. Se levantó con cara de preocupado, y abriendo uno de los cajones de la cómoda, se puso a buscar afanosamente en él. Sacaba la ropa y la tiraba sobre la cama.

Luego de haber vaciado ese cajón, lo cerró con fuerza y se puso a hacer lo mismo con el siguiente. Cuando ya se decidía a hacer lo mismo con el tercero, la abuela rompió el silencio y preguntó entre enojada y preocupada:

– ¿Se puede saber qué diablos estás buscando?

A lo que contestó su marido con una sonrisa:

– ¡Si! Y ya lo encontré: ¡Tu voz, querida!»


El Viento de donde kiera sopla y tu no saves de donde viene ni a donde va, asi tu no sabes de donde viene esta plavra ni a donde va, tampoko saves de donde viene la vuestra ni a donde va.

¿Komo vas tu ha saber si lo ke eskrives en un email pueda inspirar a otros o motivarlos a vuscar a Dios?  ¡Esfuerzate en hacer kada ovra a la perfeksel desde la primera vez, komo lo enseña la alkimia de la talidad, ke tus obras lleven el sello de la perfeksel asi solo sea un humilde email!

V.Mahatma Duijasi.

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