La actual crisis que afronta la civilización occidental, y la oriental, ha llevado a nuevos paradigmas de percepción y relación con la realidad. El modelo mecanicista-racionalista de Newton_Descartes con sus irreconciliables dualismos cuerpo-mente, cuyos movimientos eran predecibles por las leyes de la mecánica, quedó invalidado con los nuevos descubrimientos de la electrodinámica de Faraday y Maxwell a fines del siglo XIX y la formulación de la Física cuántica y la teoría de la relatividad en los años 30`s del siglo XX.

La arrogante postulación de la razón como único canal de percepción de la realidad y la calificación peyorativa como culturas prelógicas o precientíficas a las que no participaron del Renacimiento y los subsiguientes desarrollos epistemológicos y culturales hasta el último tercio del siglo XIX, demostraron el espíritu alienado de esta concepción del mundo. (alienar =fragmentar).

Han privilegiado el movimiento analítico del pensamiento racional, aquel que fragmenta, divide, separa la realidad para su estudio. Esta actitud se ha proyectado en su relación depredadora de la naturaleza, al valorarla y tratarla como algo muerto  y extraño al ser humano, y en su método de investigación, aquel que destruye a su objeto de experimentación : animales, plantas, etc.

LA MEDICINA, UN ESPEJO QUEBRADO EN MIL PEDAZOS DONDE SE REFLEJA DEMENCIALMENTE  SU VISIÓN  MATERIALISTA- SATÁNICAMENTE EGOISTA .

Una de las ciencias que más resiente esta miopÍa es la medicina, con sus métodoS agresivos y destructivos : La radioterapia que quema y destruye los tejidos; la cirujía que corta y la quimioterapia, que envenena, aislando de su ligazón orgánica en la naturaleza a los principios activos bioquímicos para atacar síntomas, más nos las causas, produciendo efectos colaterales tanto o más dañimos que la afección a curar. Está dividida entre una medicina para el cuerpo material y otra para el alma y la mente como compartimientos separados.

Se trata cada parte del organismo como una pieza independiente de una máquina y no como una unidad psicobiosocial, espiritual y moral. Sobra añadir el régimen carcelario del sistema hospitalario derivado de esta medicina.

Los desarrollos científicos de las últimas décadas en el campo de la física cuántica, o sea, aquella que ha penetrado más aún en las intimidades de la materia, en el mundo subatómico; y en el campo de la relatividad, del judío Einstein, aplicable a lo infinitamente grande y a grandes velocidades cercanas a la de la luz, han hecho surgir otro paradigma perceptual.

Los descubrimientos en la física han revolucionado no sólo a las ciencias naturales, sino también a las ciencias sociales y del pensamiento: Las leyes que rigen a lo infinitamente pequeño son completamente diferente a las leyes mecanicistas que Newton formuló y que, supuestamente, sirve también para orientarnos en nuestra cotidianidad.

Al penetrar en el núcleo del átomo la materia se asemeja más a un pensamiento  que a las bolas de billar del modelo Newtoniano. Werner Heisengerg con su principio de incertidumbre, en la década del 20 del sigo XX, planteó que el observador, a nivel cuántico, modifica, interactúa , con lo observado. Einstein demostró que la materia y la energía se intercambian (E=MC2).

Dennis Gabor, premio Nobel de Física 1971, por su invento de el holograma, aportó un pilar fundamental del nuevo paradigma, el cual por tener base en este ingenio se llama Paradigma Holístico. Brevemente, un holograma es una fotografía en tercera dimensión, no obstante ser obtenida en un plano, bidimensional, formada mediante rayos láser, que tiene la mágica propiedad de que si se parte, el fragmento resultante de esta fotografía partida contiene el objeto completo. Así funciona la realidad de la tercera y demás dimensiones.

La explicación de este fenómeno es que todo está interconectado y se manifiesta mediante trenes de onda que producen patrones de interferencia, de manera que la información se transmite al conjunto. Además ha permitido saber que existen diversos planos de realidad desde los más burdos o perceptibles sensorialmente, hasta los más sutiles, los que científicos como Stefen Hawking, llama las 11 dimensiones de la realidad.

Otras teorías, en el campo de la biología como la de los campos morfogenéticos o resonancia mórfica de Rupert Shaldrake, hablan de la transmisión instantánea de información entre especies, incluso la humana, al alcanzarse una masa crítica de eventos; en la meteorología, la teoría del caos dice que un aleteo de mariposa en Tokio se puede convertir en un huracán en las costas de California (“efecto mariposa”) por la interconexión de todo. Esto ocurre en los niveles más sublimes de la realidad, más allá de la maya o ilusión o apariencia como dice el budismo.

Destacados científicos como Fritjof Capra en su libro “El Tao de la Física”, establece un paralelismo entre la física moderna y el misticismo oriental. Mientras las culturas orientales explican los fenómenos mediante la sincronicidad (simultaneidad en los acontecimientos) y los isomorfismos (similitud en las estructuras), la cultura occidental explica con base en la causalidad (el ordenamiento lineal en el tiempo o encadenamiento de los hechos). Por ejemplo, en medicina, la cañafístula tiene forma de columna vertebral, lugar donde se producen glóbulos rojos, y se ha comprobado que, efectivamente, combate la anemia. Contra la picadura de culebra, algunos indígenas utilizan un tallo en forma de culebra, lo que el científico colombiano Jorge Carvajal en su libro “Por los caminos de la bioenergética” donde relata sus experiencias con chamanes del chocó, llama formas de onda, teoría recientemente descubierta por un instituto europeo de medicinas alternativas y que el famoso médico Paracelso llamó hace cinco siglos medicina de las signaturas.

Las culturas no euro-norteamericanas han desarrollado la intuición como forma de percibir la realidad de manera integral, lo que les ha permitido sentirse parte de la naturaleza y respetarla, y algunos de sus miembros han desarrollado los vórtices de energías, llamados chacras, alineados a lo largo de la columna vertebral en correspondencia con las glándulas endocrinas y plexos nerviosos, y ubicados desde la 4ª hasta la 11ª dimensión, verificada su existencia con electrofotografía kirlian. Esto ha permitido tener experiencias llamadas paranormales o metafísicas, como las tuvo Jeshuá Vanh Pandhirá (Jesucristo).

En “La vida secreta de las plantas”,  de  un ingeniero de la IBM y un biólogo, se narran experimentos donde se utilizaron sofisticados instrumentos electrónicos que corroboran que las plantas también tienen siete estructuras energéticas multidimensionales y que adivinan el pensamiento, por ejemplo, de alguien que tiene un cigarrillo encendido en la mano y piensa quemarlas, y son sensibles a la música, en ambos casos se altera su fisiología: es decir, la naturaleza también tiene alma y la conciencia ordinaria, de los desalmados, es la que no es capaz de percibirla. Se necesita mutar las sagradas aguas de la vida o la energía genética del bautismo, con la que se alimenta y regenera el alma y se activan los siete sentidos extraordinarios adormecidos, alineados con los siete chacras principales mencionados.

El antropólogo Carlos Castaneda en su contacto con los chamanes de tribus indígenas mexicanas, relata como estos chamanes alcanzan estados expandidos de conciencia y manejan la cuarta coordenada. A la ciencia le falta alma también, por eso su finalidad es bastarda, es estar al servicio de la producción de ganancia privada al precio de depredar los ecosistemas y degradar al ser humano, llenándolo de miseria en medio de la abundancia, angustias, temores, inseguridades y vacío existencial. Científicos como los mencionados han aportado una salida a esta encrucijada de la razón instrumental y, sobretodo, los cristos rojo y blanco perseguidos otra vez en esta época, los metacientíficos Jah Kelium Zeus Induzeus y Samael Joab Wehor Weor.

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